jueves, 18 de enero de 2007

acerca de velitas y negritas de mis pesares...

es raro cómo siempre necesitamos una velita... esa persona que tenemos de reserva, que sabemos que va a estar ahí o que queremos tener ahí en caso de que se vaya la luz de repente... esa persona que no es especial para nada y tiene como uso rellenar un vacío emocional...
me acuerdo de mi velita y pienso que hubiera estado mucho mejor sin él que arrastrándolo por tanto tiempo... años...
los que ven a un candelabro desde afuera dicen que eres una perfecta cabrona por pensar de manera egoísta y querer tener alguien por si acaso, y que esté ahí para abrazarte si estás triste, para darte un beso si estás caliente, llevarte a algún lado si no tienes cómo llegar... pero claro, no haces nada de eso con la persona... sólo lo tienes guardado para un caso de emergencia y le dices que sí pero nunca dices cuando; en mi caso, mi velita logró hacerme sentir culpable por tenerlo de reserva, y por mucho tiempo me sentía mal y creía que en verdad yo estaba llegando al punto de ser una mala persona... mi grandiosa velita me dijo alguna vez que a pesar de todas las malas jugadas que le hice, se atrevería a intentar algo conmigo y estaría conmigo para siempre... pobrecito, pensaba yo...hasta un buen día en que descubrí que esa persona que tanto tiempo pensé era un desdichado, simplemente era otro cabroncito de los buenos, tal como yo lo era... él también tenía su velita... tenía a su novia arrastrándose para obtener aunque sea un poquito de su atención...
qué cosas...